viernes, 4 de marzo de 2011

Seguimiento de Cristo


Introducción.
La experiencia cristiana de seguir e imitar a Cristo tiene una importancia decisiva para nuestra vida y de éste crecimiento y de ésta imitación depende la auténtica plenitud del hombre.
El seguir a Jesús, es un llamamiento que encontramos en forma repetida a lo largo de todo el Evangelio. Jesús encuentra a Simón y Andrés y les pide que lo sigan, y al instante, dejando las redes le siguieron; luego encuentra a Santiago y Juan, y a los dos hijos de Zebedeo, quienes lo siguieron y así sucesivamente.
El significado de éste seguimiento, es: tratar de vivir en el espíritu de Jesús siguiendo las perspectivas que él abre a toda la humanidad para consagrarse completamente a cumplir la misión que él confía a cada uno de ellos.
Nadie puede unirse a Dios sin el desprendimiento progresivo de todo aquello que no sea El. La ascesis es el camino obligado para el cristiano auténtico que quiera alcanzar a plenitud la santidad; mas para poder alcanzarla se requiere mucha renuncia y mucho sacrificio. El llamamiento de Cristo – afirmaba Paulo VI – es para los fuertes, para los que se rebelan contra la mediocridad y la mezquindad de la vida cómoda e insignificante.
El planteamiento cristiano de la moralidad es radicalmente divergente del que hace el materialismo.
Por lo mismo, el imitar a Jesús y creer en El, es decir, el llevar una vivencia cristiana de la moral, se considera en la actualidad un gran desafío en éste mundo lleno de contradicciones, y dicha vivencia cristiana o imitación de Cristo, no se debe dejar contaminar, si no quiere correr el riesgo de desaparecer.
Este pequeño estudio, lo hemos dividido en tres pasos, para su mejor comprensión:
1.- Los primeros pasos,
2.- Hasta el sacrificio,
3.- Creer e imitar.
Significado.
1.- Los primeros pasos.
¡Seguidme!, dijo Jesús a Simón, a Andrés, a Santiago, Juan, Mateo y su palabra llena de autoridad, arrancó su adhesión (Mc 1,17-20; 2,14). Ya siendo discípulos de Jesús, serán iniciados progresivamente en el secreto de su misión y en el misterio de su persona. Seguir a Jesucristo no es solo unirse a una enseñanza moral y espiritual, sino compartir su destino. Los discípulos están sin duda prontos a compartir su gloria; dicen: "hemos dejado todo para seguirte, ¿que nos corresponderá pues?" (Mt 19,27) pero deben aprender que antes han de compartir sus pruebas, su pasión.
Jesús exige el desasimiento total: renuncia a las riquezas y a la seguridad, abandono de los suyos (Mt8,19-22; 10,37; 19, 16-22) sin reservas ni mirar atrás (Lc 9,61). Exigencia a la que todos pueden ser llamados, pero a la que no todos responden, como en el caso del joven rico (Mt 19,22).
2.- Hasta el sacrificio.
El discípulo al renunciar a los bienes y a los lazos del mundo aprende a seguir a Cristo hasta la cruz "si alguien quisiere venir en pos de mi, renuncie a si mismo, tome su cruz y sígame" (Mt 16,24), Jesús exigiendo a sus discípulos tal sacrificio tanto de bienes como de su persona, se revela como Dios y revela hasta donde van las exigencias.
3.- Creer e imitar.
Para Pablo, seguir a Cristo es conformarse con El en su misterio de muerte y de resurrección. Esta conformidad, a la que estamos predestinados por Dios desde toda la eternidad (Rom 8,29) se inaugura en el bautismo (Rom 6,3) y debe profundizarse por la imitación (1Cor 11,1), la comunión voluntaria en el sufrimiento en medio del cual se despliega el poder de la resurrección (2Cor 4,10; 13,14; 1Pe 2,21).
La imitación de Cristo, es propiamente el retrato de Cristo, que cada uno de nosotros tiene que esforzarse en reproducir en nuestro propia vida, debemos esforzarnos por copiar dicho retrato o imagen realizado por un célebre pintor.
También los cristiano somos invitados a imitar al Apóstol San Pablo (2Ts 3,7-9) por ser él anunciador de Jesús ya que dijo " Sabeis bien cómo debeis imitarnos .......y no porque no tuviéramos derecho, sino porque queríamos daros un ejemplo que imitar" y es que ésta invitación tiene como objetivo final el imitar a Jesucristo, único modelo del Apóstol "Sed mis imitadores como yo lo soy del mismo Cristo" (1Co 11,1).
Conclusión.
Finalmente diremos que la vida entera debe ser modelada (o una copia de) por la vida de Jesús el Cristo, es decir debemos dejar que la misma, llegue a estar totalmente impregnada por el amor, el amor a Dios, amor al prójimo y a todos los seres, nuestros hermanos.

LEON Dafour X, Vocabulario de Teología Biblica, Biblioteca Herder, España 2001.
SCHENK Sanchis Juan E, Antropología Cristiana, Edicep, España 2006.


Autor: Ing. Federico Juárez Andonaegui

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