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lunes, 6 de septiembre de 2021

Los mexhijas y la muerte

 

Sábado 14 de Agosto de 2021

Los mexhijas y la muerte

Por: Ing. Federico Juárez Andonaegui

El tema entre estos dos personajes ya lo he tratado en otras ocasiones, es muy extenso. Ahora voy a comentar otra más de sus raíces.

Encontramos entre sus escritos - que afortunadamente no fueron quemados ni desaparecidos - el siguiente canto:

 

No te acobardes corazón mío

Allí en medio de la llanura deseo la muerte

A filo de obsidiana.

Solo quieren nuestros corazones muerte en guerra,

De modo que allí junto a la guerra,

Estoy deseando la muerte a filo de obsidiana.

 

El mexhica en general juega con la muerte, solo algunos mexicanos no se atreven a hacerlo. En su profundo sentir, sabe que seguirá existiendo después de morir. Por eso no tiene miedo.

En su mente se tiene la idea de que la muerte tiene sentido, no hay razón para temerle, no es buena ni mala, pues así como dice Calderón de la Barca, “la vida es un sueño”, el mexicano dice: en la muerte, se duerme sin soñar.

Otra de las razones para no tener miedo a la muerte es que al amar a sus seres queridos, sabe que su amor no lo(a)s dejará sola(o)s, pudiendo vivir sus seres queridos sintiendo la cercanía de quien se fue. Sacando por conclusión que el amor de sus seres queridos (y del difunto) es más fuerte que la muerte.

Pruebas de lo citado hay muchas, solo viviendo entre el pueblo se da uno cuenta de lo narrado y de muchas cosas más. Para corroborar lo narrado puedo decir algunas de las vivencias que tienen muchos jóvenes que son reclutados hasta hoy día en el corazón de la ahora llamada CDMX. Así como de varios – en provincia - que son llevados en leva a la fecha por parte de los traidores, llamados por el momento “cárteles del crimen organizado” y/o vivales que se hacen pasar por los citados.

Y por si fuera poco, se puede decir de muchos mexicanos que se hacen “voluntarios” en algunas fuerzas armadas extranjeras y otros más que son reclutados como mercenarios.

 

A manera de corolario diré lo que me han comentado: “Puede considerarse que el Alma es material, eso solo lo han palpado los que cargando a un moribundo, sienten que al expirar éste, pesa menos, por eso se dan cuenta del momento en que falleció”. Esto es muy propio en tiempos de guerra, cuando se trata de rescatar – cargando - al compañero caído.

 

Actualmente se está llevando a cabo una campaña orquestada allende el norte, para acobardar al pueblo mexicano, quieren que el mexhica (mexica) desee vivir por mucho tiempo, al igual que ellos.

Eterno, ten misericordia de Tu pueblo Mexhico1 Tenochtitlan Anahuac

1.- Su fonética es Meshijo

jueves, 27 de febrero de 2020

El Mexhija y la Muerte

Mexhijo, la Muerte y la Llorona
Antecedentes
Quiero comentar en términos generales que mucho se ha escrito en lo referente a temas de religión tanto de una como de otra y de otras más. Y tal parece que a pesar de los esfuerzos de infinidad de teólogos, místicos, sabios, etc, etc, siempre sucede lo mismo, por lo general, por supuesto con grandes y notorias excepciones, oídos sordos y ceguera. Mientras no se haga lo que dictan los principios elementales escritos en cada uno de las diferentes religiones y sociedades tanto secretas como discretas, pasarán años y tristes días en que la humanidad seguirá padeciendo lo que antes y ahora padece.
En resumen .- Hay que aplicar en la vida diaría lo que se lee y/o aprende y/o estudia según los ritos de la religión correspondiente y/o en los libros que corresponde, sean de religión o de educación.
Introducción
Ahora sí, entrando en materia, de acuerdo al tema enunciado diré:  En anteriores capítulos ya he comentado lo necesario, al igual que muchos autores durante siglos, solo voy a agregar unos cuantos detalles, principalmente en lo referente a los mexicanos.
De esta columna, en escritos del 10/6/2012, 10/12/2013, 6/10/2017 y 20/12/2017 ya hemos comentado acerca de los conceptos que se han tenido acerca de la muerte a través de los años, plasmados en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo Testamento.  En donde vemos en la Pascua, el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte, y también como se nos recuerda cada Miércoles de Ceniza el fin que hemos de tener. 

Recordemos que:
La palabra muerte, significa literalmente cesación o término de vida, es la separación del cuerpo y del alma, deriva del Latín mors, mortis. Desde tiempos ancestrales, el hombre ha rendido culto a la muerte en las diversas culturas. Así, en el holocausto vemos como se expresa la total sumisión a Dios (Lev 1.1; 1 Sam 15,22; Salmo 51,18).
San Pablo nos comenta en 1 Corintios XV, 3    ....”Cristo murió por nuestros pecados, tal como lo dicen las escrituras”.

La muerte de Jesús no es un fracaso, es la más grande muestra de amor de Dios por la humanidad. Cristo venció al mal, al pecado y a la misma muerte1.

Entre otros muchos, vemos en 1 Corintios XV, 26 “El último enemigo destruido será la muerte”, ello nos confirma que la muerte es un paso para entrar a la gloria.

Así, podemos continuar con muchas y tantas citas, pero el tema que nos atañe, es, el compadrazgo, juegos y bromas que hace el pueblo mexhijo para con la muerte.

El Mexhica y la Muerte

Ya cité entre las varias y variadas frases que pronuncia el paisano, tales como: cuando nací ya habían repartido el miedo a la muerte, soy ahijado de la muerte, …. Vivo cantando, la muerte buscando, sin poderla hallar…. , quiero morir en campo de batalla a filo de obsidiana, la muerte tilica y flaca, la muerte me pela los dientes,  que me importa la vida, si la tengo prestada, etc, etc, amén de frases y versos hilarantes tituladas “calaveras” durante los días 1 y 2 de Noviembre de cada año, así como también dulces con figuras de calaveras que disfrutan tanto niños como adultos y ancianos.

En México nos burlamos de la muerte, jugamos con ella, le hacemos bromas; ella se siente a gusto con nosotros. Le decimos: ¡llévanos!, pero se niega. Nos quiere llevar, pero no puede hacerlo antes de tiempo.  Sabe que nacimos para morir. Pero hay requisitos que cumplir para morir.

Antes de anotar las constancias que hay de lo narrado, recordaré lo ya escrito, que durante la robolución mexicana perduraron y salieron a relucir las expresiones ya señaladas líneas arriba, faltándome solo expresar que a la hora de fusilar a los presos, quedaba más asustado el sacerdote que auxiliaba a bien morir al sentenciado, que el propio reo próximo a morir.

Anotado lo anterior solo me queda por rematar diciendo que en varios libros históricos (memorias) sobre todo de combatientes tanto de un bando como de otro, es común encontrar frases tales como:
…….. Los mexicanos muestran (a veces anotaron: exhiben) el mismo desprecio por la muerte …..  es de llamar la atención que fuman sus “papelitos”2 con tal frialdad, que ni caso hacen al sacerdote, quien siempre queda más asustado que el propio reo.
Aún en la actualidad, en libros recientes encontramos frases tales como: .  …….  Los mexicas …….. Tenochtitlan Anahuac caída “orgullosa de si misma” y ……. en la que nadie, temía la muerte en la guerra.


Conclusión

Posiblemente el actuar del Mesxhija se deba a todas las penalidades que ha llevado sobre su espalda a través de los siglos. Estudiando el pasado de todos los nativos – nuestros antepasados - en lo que es nuestro verdadero territorio, observamos que siempre ha habido sufrimiento, pesar, dolor, angustia y un matrimonio doloroso para el pueblo Mexhijo Tenochtitlan Anahuac con la Aventurera España. Por eso el mexicano espera la muerte, pero ella no viene, ¿porqué la busca como a un tesoro?, ¿porqué al encontrarla, se llena de regocijo?.  ¿Porqué en varias esquelas vemos: Cuando nací, lloré y a mi alrededor todo era felicidad. Y al morir, muero feliz, pero al mi alrededor todos lloran? o en forma equivalente: Nací llorando y todos felices; muero feliz pero todos lloran.
En su interior exclama: ¿Dios, para que nos das luz y vida, si estamos fatigados, y amargados de Espíritu?. Otra exclamación mexica es: …. nuestro sol se ha ocultado ….., equivalente a: … su camino se ha ocultado, lo tapó Dios de él. (Job 3 V22).

La Llorona

A nuestro pueblo lo han hecho creer que es una Leyenda, ocultan que es LAMENTO DEL ALMA DE NUESTRO PAÍS3, (Nación, Patria).

Como leyenda, la han narrado de diferentes maneras, pero en el fondo todos coinciden en que es un lamento por sus hijos4, aun con varias interpretaciones, terminan   diciéndolo.

En realidad, es un Lamento de nuestra Patria, al ver “perdidos” a sus hijos (mexicanos, meshijas). Como se darán cuenta es un canto, una oración, un rezo, con un estado anímico de amargura y tristeza, porque ve el sufrimiento de Meshijo Tenochtitlan Anahuac, o nos esté diciendo que al orar y/o rezar debamos tener ese estado de ánimo, para salir de la situación que por siglos estamos padeciendo y sufriendo5 o quizás sea algo que la hace sufrir y no sabemos.

Espero y deseo sirva de algo - en su vida diaria - amigo lector, la interpretación que durante siglos ha prevalecido gracias a los estudios de grandes Estudiosos, Teólogos, Filósofos, Sabios y Doctores de la(s) religión(es). Solo he recabado la información de uno y otro y otro, para hacerlo llegar de manera – según yo - más sencilla.

Bibliografía
Biblia  Latinoamericana
Biblia Nacar – Colunga
Biblia Vugata
Pentateuco
Tercer Abecedario. Francisco de Osuna Editorial BAC

Padre (Dios, Causa de las Causas, Alá, Gran Arquitecto, etc) ten Compasión y Piedad de Tu pueblo Mexhijo6 Tenochtitlan Anahuac

1.- Evangelio de Nicodemo Cap XXII
2.- Tabaco en hoja, de papel de arroz
3.- Nunca se sabrá pues infinidad de escritos aztecas, mayas y demás etnias, fueron destruidos y quemados y nunca jamás traducidos o interpretados.
4.- En ningún momento se narra que se lamente por la muerte de sus hijos, es un canto de dolor, un lamento por sus hijos (¿por su suerte?, ¿por su destino?, ¿por no encontrarlos?, ¿por andar descarriados? ¿por haberlos abandonado Dios?, etc). Todos coinciden en que su expresión es solamente: ¡Aaay mis hijos!
5.- Es el Lamento debido a que actualmente el pueblo  mexicano son ovejas descarriadas, perdidas, porque todos sus dirigentes Religiosos, Materiales (gobernantes) y morales (sociedades secretas, discretas, comerciales, etc), sin excepción, los han descarriado hacia montañas de libertinaje (en nombre de doña libertad). En consecuencia, el gobierno vecino del norte dice ufanamente: “no somos culpables por cuanto ellos han pecado contra (transgredido los Mandamientos de) Dios”.
6.- Su fonética es Meshijo

martes, 10 de diciembre de 2013

La Muerte

Antes de comenzar  el estudio, haré una observación y la escribo por ser del dominio popular en el reciente pasado. Era y es una filosofía de la que se tenía conciencia. Imperaba en la mente del pueblo mexicano – todavía - durante el siglo pasado (XX), solo que a partir de 1970 la Bestia del Apocalipsis ha luchado por acobardar al pueblo, borrando de la mente su verdadero pensar para hacerlo a su modo.
 
En México nos burlamos de la muerte, jugamos con ella, le hacemos bromas, ella se siente a gusto con nosotros. Le decimos: ¡llévanos!, pero se niega. Nos quiere llevar, pero no puede hacerlo antes de tiempo. Sabe que nacimos para morir. Hay requisitos que cumplir para morir.

En Estados Unidos le tienen miedo, la ven sangrienta, la ven fatal, quieren ser fantasmas, zombies, quieren vivir, ¡no quieren morir!. Ven y visitan a brujas para que les prolonguen la vida.
 
Introducción
 
En éste estudio veremos los diversos conceptos que se han tenido acerca de la muerte a través de los años, plasmados en el Antiguo Testamento, pasando por el Nuevo Testamento hasta los tiempos actuales.

En el Antiguo Testamento se apreciará en el holocausto la total sumisión a Dios.

En la Pascua, apreciaremos el triunfo de Cristo sobre el pecado (avón) y la muerte, y también como se nos recuerda cada Miércoles de Ceniza el fin que hemos de tener por lo que se nos invita a reflexionar acerca de nuestras acciones (obras) en vida.
 
Significado de la muerte.
 
La palabra muerte, significa literalmente cesación o término de vida, es la separación del cuerpo y del alma, deriva del Latín mors, mortis. Desde tiempos ancestrales, el hombre  ha rendido culto a la muerte en las diversas culturas. Así, en el holocausto vemos como se expresa la total sumisión a Dios (Lev 1.1; 1 Sam 15,22; Salmo 51,18).
 
En la Liturgia se considera el fin de la vida humana no como desgracia límite o final de la existencia de la persona, sino como entrada a la gloria (1). En el A. T., se hace mención del sufrimiento y la muerte como una perspectiva que no son para el justo, por su esperanza de alcanzar la inmortalidad, ni un castigo, ni una destrucción (Sabiduría 3, 1-9), sin embargo nos profetiza el nacimiento de quien nos redimirá.
 
Narraciones, en la Pascua (2)
 
San Pablo nos comenta en 1 Corintios XV, 3    ....”Cristo murió por nuestros pecados, tal como lo dicen las escrituras”.

La muerte de Jesús no es un fracaso, es la mas grande muestra de amor de Dios por la humanidad. Cristo venció al mal, al pecado y a la misma muerte. Con Jesucristo, también vencemos quienes nos unimos a El en la Iglesia por medio del Bautismo y los demás sacramentos.

Nuestra unión con la muerte de Cristo, realizada sacramentalmente en el Bautismo, debe todavía actualizarse en nuestra vida diariamente. Tal es el sentido de la Ascesis por la que nos mortificamos; es decir, hacemos que mueran en nosotros las obras del cuerpo (Rom 8.13); en efecto, la muerte ha cambiado de sentido desde que Cristo ha hecho de ella un instrumento de salvación.
 
En 1 Corintios XV, 26 dice “El último enemigo destruido será la muerte”, ello nos confirma que la muerte es un paso para entrar a la gloria.
 
En la ciudad de Corinto, varios pensaban que después de la muerte, el alma inmortal sale del cuerpo y sigue viviendo sola, olvidando su pasado y abandonando la materia y el cuerpo, reputados instrumentos del mal. Otros pensaban que todo termina con la muerte y que es mejor conformarse con el momento presente. (3)
 
Meditación acerca de la muerte en el Miércoles de Ceniza.
 
Cada año, en la Liturgia se nos recuerda la frase “Polvo eres y en polvo te convertirás”, ya que no nos preocupamos en que la muerte viene a la hora que menos lo pensamos.  La meditación que debemos hacer es acerca de cuales han sido nuestras acciones (obras) ¿han sido buenas?, ¿malas?, ¿cuántas obras buenas hemos dejado de hacer?. ¡La muerte llega mas pronto de lo que nos figuramos!

La frase citada se dice el Miércoles de Ceniza, con el que da inicio la Cuaresma, es en éste día que los ya bautizados se preparan para celebrar la muerte y resurrección de Jesús.
 
En el Antiguo Testamento, en Isaías 52, 13-53, nos habla acerca de la muerte de Jesús “Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte”.......indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores.

En el Nuevo Testamento encontramos en Lc. 23, 46 ....Con voz sonora Jesús pronuncia la séptima palabra, Padre en tus manos encomiendo mi alma (Pater in manus tuas commendo spiritum meum. Dicho esto, inclinó la cabeza y expiró.

Y es aquí en donde en el Nuevo Testamento, se hace mención de la muerte, ya claramente como el inicio de vida eterna junto a Dios.
 
La vida del creyente en la tierra, es solo parte de su existencia y de su ser; es ocasión para medir su fe y fidelidad al Dios viviente. Por lo anterior, la liturgia desde siempre, celebra a sus Santos no en el día de su nacimiento en la tierra, sino el día de su salida de ella, y nos dice que a los cristianos, no se les arrebata la vida, sino que se les transforma.
 
La Liturgia no se ocupa de la muerte en si, sino la celebra por su contenido Pascual; consuela a la familia o comunidad que se queda sin uno de sus miembros y también agradece con sus plegarias a Dios, por insertarlo en la comunidad celeste junto a El.
 
El sacrificio o muerte de Jesús.

 
La muerte de Jesús no es un accidente en su vida (Heb. 10,5). Desde el inicio, El se preparó para enfrentarla (Mt 20,28; Jn 11,9) además la anunció en repetidas ocasiones (Mc 8.31; Lc 13,31). Cristo era responsable totalmente de su muerte (Jn 10, 28-30; 19,30) porque sabía que esta hora era la hora de su triunfo (Jn 7,6-8).
 
Resurrección de Jesucristo.

 
La muerte y resurrección de Jesús constituyen el nuevo y definitivo sacrificio que reemplaza a todos los demás (Heb 7,27; 9,26). Por eso Jesús es llamado Cordero de Dios (Jn 1,29). Su sacrificio se identifica con la Pascua nueva (Paso nuevo, nuevo Paso) que lleva a la existencia santa y definitiva (Lc 12,50; 22,16; Rom 6,4).

Su dolorosa muerte con derramamiento de sangre, consigue el perdón de los pecados de toda la humanidad. (Is 53,10; Mt 26, 28) nos reconcilia con Dios, nos rescata y nos da la libertad (Rom 7,4; Ef 1,17). Su sacrificio nos muestra el amor de Dios, que lo mismo significa la generosidad del Padre como la obediencia del Hijo (Mc 14,36; Rom 5,6).

Como punto final vemos que la muerte y la resurrección de Jesús nos enseñan el sentido de nuestra propia vida; quien sacrifica su vida, la lleva al nuevo nacimiento (Lc 17,33).
 
El Imperio de la muerte en la actualidad.
 
En estos tiempos, lo que da fuerza a este imperio, es el pecado, el cual es propiamente el arma de la muerte, pues ella es su fruto, su término, su salario (Rom 6,16. 21. 23).
 
El pecado mismo tiene en el hombre un cómplice; los apetitos desordenados de placeres deshonestos (concupiscencia) dan nacimiento al pecado, que por su parte engendra la muerte; es la carne, cuyo deseo es la muerte y que fructifica para la muerte (Rom 7,5; 8,6) con ello nuestro cuerpo ha venido a ser “cuerpo de muerte”.

Sin Cristo, estaba la humanidad sumergida en la sombra de la muerte (Mt 4,16; Lc 1,79) así, la muerte fue en todo tiempo uno de los componentes de su historia y es una de las calamidades que Dios envía al mundo pecador. (Ap. 6,8; 8,9; 18,8) (4).
 
Conclusión.
 
Todo hombre pasa por la experiencia de la muerte. El Nuevo Testamento nos revela el acontecimiento como un paso para llegar a Dios.
Si vemos el acontecimiento de la muerte de los seres queridos, hecha ya la despedida (Gen 49), provoca la aflicción de los familiares que quedan (Gen 50,1) y comprendemos que cada uno de nosotros debemos pensar en la muerte como cosa propia, puesto que también veremos la muerte (Sal 89, 49).
 
Reflexión.
 
El estudio nos sirve para ver con claridad el paso que todo ser humano lleva a cabo, la muerte, como un requisito para llegar a Dios cuando nuestra vida se ha ajustado a los mandamientos y en general a la Doctrina de Jesucristo.
Creo firmemente en lo anterior, en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. 
 
 
 
Bibliografía.
 
1.- PARRA SANCHEZ Tomás, Diccionario de Liturgia., Ediciones Paulinas.- 4ª Edición, México 2003  
 
2.- Misal 2008, Editorial Buena Prensa, México 2008.
 
3.- Biblia América, Edición patrocinada por la Arquidiócesis de México, 1992.
 
4.- LEON- DUFOUR. X, “Vocabulario de Teología Biblica”,  Editorial Herder 18ª Edición, España 2001

martes, 10 de julio de 2012

La Muerte


Introducción

En éste estudio veremos los diversos conceptos que se han tenido acerca de la muerte a través de los años, plasmados en el Antiguo Testamento, pasando por el Nuevo Testamento hasta los tiempos actuales.
En el Antiguo Testamento se apreciará en el holocausto la total sumisión a Dios.

En la Pascua, apreciaremos el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte, y también como se nos recuerda cada Miércoles de Ceniza el fin que hemos de tener por lo que se nos invita a reflexionar acerca de nuestras acciones (obras) en vida.

Significado de la muerte.
La palabra muerte, significa literalmente cesación o término de vida, es la separación del cuerpo y del alma, deriva del Latín mors, mortis. Desde tiempos ancestrales, el hombre  ha rendido culto a la muerte en las diversas culturas. Así, en el holocausto vemos como se expresa la total sumisión a Dios (Lev 1.1; 1 Sam 15,22; Salmo 51,18).
En la Liturgia se considera el fin de la vida humana no como desgracia límite o final de la existencia de la persona, sino como entrada a la gloria (1). En el A. T., se hace mención del sufrimiento y la muerte como una perspectiva que no son para el justo, por su esperanza de alcanzar la inmortalidad, ni un castigo, ni una destrucción (Sabiduría 3, 1-9), sin embargo nos profetiza el nacimiento de quien nos redimirá.

Narraciones, en la Pascua (2) 
San Pablo nos comenta en 1 Corintios XV, 3    ....”Cristo murió por nuestros pecados, tal como lo dicen las escrituras”.

La muerte de Jesús no es un fracaso, es la mas grande muestra de amor de Dios por la humanidad. Cristo venció al mal, al pecado y a la misma muerte. Con Jesucristo, también vencemos quienes nos unimos a El en la Iglesia por medio del Bautismo y los demás sacramentos.

Nuestra unión con la muerte de Cristo, realizada sacramentalmente en el Bautismo, debe todavía actualizarse en nuestra vida diariamente. Tal es el sentido de la Ascesis por la que nos mortificamos; es decir, hacemos que mueran en nosotros las obras del cuerpo (Rom 8.13); en efecto, la muerte ha cambiado de sentido desde que Cristo ha hecho de ella un instrumento de salvación.

En 1 Corintios XV, 26 dice “El último enemigo destruido será la muerte”, ello nos confirma que la muerte es un paso para entrar a la gloria.
En la ciudad de Corinto, varios pensaban que después de la muerte, el alma inmortal sale del cuerpo y sigue viviendo sola, olvidando su pasado y abandonando la materia y el cuerpo, reputados instrumentos del mal. Otros pensaban que todo termina con la muerte y que es mejor conformarse con el momento presente. (3)

Meditación acerca de la muerte en el Miércoles de Ceniza

Cada año, en la Liturgia se nos recuerda la frase “Polvo eres y en polvo te convertirás”, ya que no nos preocupamos en que la muerte viene a la hora que menos lo pensamos.  La meditación que debemos hacer es acerca de cuales han sido nuestras acciones (obras) ¿han sido buenas?, ¿malas?, ¿cuántas obras buenas hemos dejado de hacer?. ¡La muerte llega mas pronto de lo que nos figuramos!
La frase citada se dice el Miércoles de Ceniza, con el que da inicio la Cuaresma, es en éste día que los ya bautizados se preparan para celebrar la muerte y resurrección de Jesús.

En el Antiguo Testamento, en Isaías 52, 13-53, nos habla acerca de la muerte de Jesús “Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte”.......indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores.

En el Nuevo Testamento encontramos en Lc. 23, 46 ....Con voz sonora Jesús pronuncia la séptima palabra, Padre en tus manos encomiendo mi alma (Pater in manus tuas commendo spiritum meum. Dicho esto, inclinó la cabeza y expiró.

Y es aquí en donde en el Nuevo Testamento, se hace mención de la muerte, ya claramente como el inicio de vida eterna junto a Dios.
La vida del creyente en la tierra, es solo parte de su existencia y de su ser; es ocasión para medir su fe y fidelidad al Dios viviente. Por lo anterior, la liturgia desde siempre, celebra a sus Santos no en el día de su nacimiento en la tierra, sino el día de su salida de ella, y nos dice que a los cristianos, no se les arrebata la vida, sino que se les transforma.

La Liturgia no se ocupa de la muerte en sí, sino la celebra por su contenido Pascual; consuela a la familia o comunidad que se queda sin uno de sus miembros y también agradece con sus plegarias a Dios, por insertarlo en la comunidad celeste junto a El.

  El sacrificio o muerte de Jesús.
La muerte de Jesús no es un accidente en su vida (Heb. 10,5). Desde el inicio, El se preparó para enfrentarla (Mt 20,28; Jn 11,9) además la anunció en repetidas ocasiones (Mc 8.31; Lc 13,31). Cristo era responsable totalmente de su muerte (Jn 10, 28-30; 19,30) porque sabía que esta hora era la hora de su triunfo (Jn 7,6-8).

Resurrección de Jesucristo.
La muerte y resurrección de Jesús constituyen el nuevo y definitivo sacrificio que reemplaza a todos los demás (Heb 7,27; 9,26). Por eso Jesús es llamado Cordero de Dios (Jn 1,29). Su sacrificio se identifica con la Pascua nueva (Paso nuevo, nuevo Paso) que lleva a la existencia santa y definitiva (Lc 12,50; 22,16; Rom 6,4).
Su dolorosa muerte con derramamiento de sangre, consigue el perdón de los pecados de toda la humanidad. (Is 53,10; Mt 26, 28) nos reconcilia con Dios, nos rescata y nos da la libertad (Rom 7,4; Ef 1,17). Su sacrificio nos muestra el amor de Dios, que lo mismo significa la generosidad del Padre como la obediencia del Hijo (Mc 14,36; Rom 5,6).
Como punto final vemos que la muerte y la resurrección de Jesús nos enseñan el sentido de nuestra propia vida; quien sacrifica su vida, la lleva al nuevo nacimiento (Lc 17,33). 

El Imperio de la muerte en la actualidad. 
En estos tiempos, lo que da fuerza a este imperio, es el pecado, el cual es propiamente el arma de la muerte, pues ella es su fruto, su término, su salario (Rom 6,16. 21. 23).

En la actualidad, traicionar a la Patria, servir de lacayo a un imperio opresor, el no defender a su País (omisión), ser gobernante con ojos cerrados, gobernar aventando (repartiendo) la culpabilidad a otros, no cumplir con sus obligaciones, etc, etc, es transgredir, es pecado (avon), es falta que conduce a la muerte eterna o simbólica.  

El pecado mismo tiene en el hombre un cómplice; los apetitos desordenados (robar al erario público, gobernar con indolencia, solidarizarse con quien roba a la Hacienda pública, omitir castigo a culpables, ayudar a malhechores y traidores, sucumbir ante la amenaza, complicidad con defraudadores) de placeres deshonestos (concupiscencia) dan nacimiento al pecado, que por su parte engendra la muerte; es la carne, cuyo deseo es la muerte y que fructifica para la muerte (Rom 7,5; 8,6) con ello nuestro cuerpo ha venido a ser “cuerpo de muerte”.

Sin Cristo, estaba la humanidad sumergida en la sombra de la muerte (Mt 4,16; Lc 1,79) así, la muerte fue en todo tiempo uno de los componentes de su historia y es una de las calamidades que Dios envía al mundo pecador. (Ap. 6,8; 8,9; 18,8) (4).

Conclusión.
Todo hombre pasa por la experiencia de la muerte. El Nuevo Testamento nos revela el acontecimiento como un paso para llegar a Dios.
Si vemos el acontecimiento de la muerte de los seres queridos, hecha ya la despedida (Gen 49), provoca la aflicción de los familiares que quedan (Gen 50,1) y comprendemos que cada uno de nosotros debemos pensar en la muerte como cosa propia, puesto que también veremos la muerte (Sal 89, 49). 

Reflexión. 
El estudio nos sirve para ver con claridad el paso que todo ser humano lleva a cabo, la muerte como un requisito:
Para llegar a Dios cuando nuestra vida se ha ajustado a los mandamientos y en general a la Doctrina de Jesucristo, o para llegar al abismo (seol), al eterno sufrimiento (muerte simbólica) cuando nuestra vida se ha ajustado a las transgresiones (pecados), sin respetar ni hacer caso a las leyes divinas. Los mandamientos.  

Creo firmemente en lo anterior,  en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. 

Bibliografía.
1.- PARRA SANCHEZ Tomás, Diccionario de Liturgia., Ediciones Paulinas.- 4ª Edición, México 2003   
 2.- Misal 2008, Editorial Buena Prensa, México 2008.
 3.- Biblia América, Edición patrocinada por la Arquidiócesis de México, 1992.
 4.- LEON- DUFOUR. X, “Vocabulario de Teología Biblica”,  Editorial Herder 18ª Edición, España 2001