A manera de Introducción
En el presente trabajo, pretendemos analizar los dos primeros versículos del citado Salmo, así como su origen y causa; notamos la Fe del peregrino en Dios, ante los peligros y las vicisitudes que habrán de presentarse en el camino.
Antes de iniciar su viaje, se encomienda a Dios, dejando su protección en manos del Creador en quien plenamente confía y sabe que no habrá de ser defraudado.
En los dos versículos encontramos tres verbos, alzar, venir y hacer; el primero de ellos lo encontramos en tiempo presente en primera persona, el segundo en tiempo futuro en dos ocasiones y el tercero en tiempo pasado, tercera persona.
Notamos una vez mas, la presencia de Dios entre los hombres, con el fin de librar al mismo de todo mal y rescatarlo del pecado y sus consecuencias; en éste caso protegerlo de los peligros propios de un viajero, sea asalto, dolor, enfermedad o muerte durante el trayecto del viaje. Observamos la Fe en Dios, como solución única, para salvarnos de manera desconocida todavía para nosotros.
Antecedentes. Marco histórico.
En Mt 7,12; Lc 24,44, encontramos dos expresiones para designar la Biblia, en tiempos del Judaísmo: La Ley y los Profetas o la Ley, Los Profetas y los Salmos.
Los Salmos tienen su origen en la recopilación de los cánticos del Templo de Jerusalén. Con el tiempo las recopilaciones se enriquecieron con oraciones personales o lamentaciones colectivas. También han alimentado la piedad popular y han sido la oración de Jesús. A la fecha son base del oficio litúrgico que recitan varios miles de religiosos, sacerdotes, diáconos y laicos (1).
En la tradición judía se pensó que el Rey David fijó las normas de ésta liturgia y se considera es autor de 73 de los salmos, (2). También se sabe que se encontraban distribuidos en cinco libros. A la fecha, notamos que la numeración de los salmos es diferente en la Biblia hebrea que en la griega. Se acostumbra – en la actualidad - transcribir la numeración hebrea y entre paréntesis la numeración correspondiente a la traducción griega, que se conserva en nuestra liturgia.
Este Salmo, lo rezaban los judíos que vivían en la Diáspora, esas colonias dispersas por las grandes ciudades, tenían el deseo de subir a Jerusalén, capital del Reino de Judá (al sur de Palestina, al norte estaba el Reino de Israel, cuya capital era Samaria), y cumplir al menos una vez la peregrinación a la ciudad Santa. Por lo anterior, es ahí en donde hace su petición de ayuda, el peregrino, con la esperanza ardiente y confiada de poder obtenerla, sobre todo en los momentos difíciles durante el trayecto de su peregrinar.
Para ellos, rezar con el Salmo era prácticamente rezar con la Biblia, de un modo personal o litúrgico.
La oración bíblica comporta consecuencias prácticas para la vida del hombre. En nuestra vida privada, al igual que en lo social, el hombre tiene para escoger siempre, solamente, entre dos ideas:
1.- la que es iluminada por la luz y
2.- la que lleva a la zona de las tinieblas.
Por consiguiente la oración bíblica es una enseñanza moral permanente que nos ayuda a huir de las fuentes de las miserias humanas, que proceden de la mentira, de la autosuficiencia, del orgullo entre otros y nos enseña la moderación, la discreción, el perdón, etc, y por lo mismo el hombre accede a pedir ayuda divina. Lo anterior lo confirmamos al analizar la palabra Salmo, la cual tiene su origen en el vocablo psalmus (Latín) y esta a su vez viene del griego Ψαλμοζ, y el significado etimológico es: tocar las cuerdas de un instrumento músico. Es una composición o canto que contiene alabanzas a Dios.
Esta oración surge de la necesidad del que suplica. No pide cosas celestiales, sino simplemente la salvación concreta que necesita en un preciso momento. Vemos que se olvida de sí mismo, para alabar a Dios. No olvida que en El está todo su bien.
Acerca de los Salmos
Se le conoce como salmo responsorial, al salmo o parte de un salmo que se recita después de la primera lectura en la liturgia de la palabra de la misa y de otras celebraciones no eucarísticas como en la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo. Sirve para prolongar la meditación sobre la palabra de Dios escuchada anteriormente (3).
El salmo en la historia de Israel.
Salmo 121 (120)
1 Alzo mis ojos a los montes
De donde vendrá mi socorro
2 Mi socorro vendrá de Dios
Que hizo los cielos y la tierra.
Estos dos versos son el inicio de un Salmo que puede ser la oración de todo cristiano que emprende un camino difícil; de igual manera puede ser rezado tanto por un futuro Sacerdote como por quien tiene un compromiso importante con la sociedad (4).
Causa, motivo histórico del rezo.
En esa época – al inicio de un viaje - era la oración del peregrino que iba a Jerusalén y pensaba en los peligros y dificultades de su viaje, debido al camino difícil, el calor del día y los peligros por parte de los ladrones. Pero sabe que Dios ya está con él y que lo acompaña en el viaje, de ahí su esperanza al dirigir su mente y mirada hacia los montes, por tener Fe en Dios. Sabe que lo socorrerá porque Dios es fiel, no duerme de día ni de noche y está atento a ver lo que sucede.
Género, tiempo y cambios
Es un Salmo de confianza; se trata de un hombre necesitado, busca ayuda y la encuentra en Dios.
En los dos versículos, los ojos se levantan, quizá desde la ciudad y sus murallas, a la defensa natural de las montañas vecinas. Podemos subir los montes con los pies o con la mirada, pero la ascención tiene que dirigirse a Dios. Es un salmo de peregrinación.
Todas las imágenes se inspiran en el tema de la peregrinación; cuando a la salida, se explora el horizonte para orientarse en buena dirección, hacia “la montaña de Sión”, lugar alto en el que está construido el Templo.
Notemos el papel de la comunidad local que alienta al peregrino y ora por él; la primera estrofa parece salir de boca de quien inicia la marcha. (5). Se escribe en presente al utilizar el verbo alzar, yo alzo, nos dice, mis ojos a los montes de donde vendrá, tiempo futuro del verbo venir en tercera persona, porque tiene la certeza, la seguridad de que Dios acudirá a su llamado, afirmando lo anterior al expresar: mi socorro vendrá de Dios, en donde vemos en tiempo futuro - otra vez - el verbo venir. Que hizo los cielos y la tierra, exclama el viajero con Fe en el Creador pues si El hizo todo, ¿cómo no habrá de venir en su auxilio?; por tal motivo es un salmo de confianza.
Uso, empleo – actual - del Salmo 121 (120).
El libro de los Salmos ha sido considerado una escuela de oración. Reproducen con mucho realismo las diversas actitudes de la humanidad ante Dios y han representado un papel importante en la vida espiritual de los cristianos. Por lo anterior, en éstos tiempos, mucha gente lo reza al emprender un camino o un viaje. Puede ser también, la oración de todos los cristianos que inician o tienen un compromiso importante con la sociedad, sea en puesto público (en política en cualquiera de sus áreas) o en puesto privado (fabrica, empresa en cualquiera de sus áreas) o cualquier persona que esté comprometido de alguna forma con el bien común de su pueblo, ciudad o país.
En lo personal todo el Salmo 121 (120) lo empleo en todos y cada uno de los viajes que llevo a cabo, con la Fe y seguridad en Dios de tener un viaje libre de peligros y aunque estos me rodeen, salgo con bien de todo mal. Sobre todo he tenido la dicha y fortuna de vivirlo, pues con el favor de Dios continuo con vida y con bien hasta la fecha. Doy fe.
A manera de conclusión.
Como conclusión diremos que éste y todos los salmos llevan mas o menos la marca de su tiempo, de el tiempo en el que los judíos, estaban sumidos en la confusión y, sin embargo, lanzados a una invencible esperanza por voz de los profetas y confirmados en ella por la de los sabios que les siguieron. A eso se debe que con solo rezarlo se llega a las profundidades del Alma.
En forma general, al leer los salmos como libro de oraciones, no solo nos encontramos en un ambiente espiritual, sino también en un ambiente estrictamente Teológico. Es cuando la inteligencia se encuentra colmada al igual que el Alma y el Corazón.
Reflexión personal.
Este análisis, me ha servido para conocer mas profundamente toda la historia, causa, motivo y razón, así como el misterio que encierra el salmo, debido a la profundidad de la oración, porque encierra mucha fuerza emotiva.
Unicamente queremos agregar lo siguiente: A quien se confía a los Salmos, al igual que a la Biblia, como libro de oración, Dios lo escucha y lo atiende.
Bibliografía.
1.- Biblia Latinoamericana. Letra Grande, XXXIV edición, Edit. Verbo Divino, San Pablo, México 1995.
2.- A.A., Diccionario de Mística, Editorial San Pablo, España 2002.
3.- Parra Sánchez Tomás.- Diccionario de Liturgia, Ediciones Paulinas 4ª Edición, México 2003.
4.- Biblia América, Edición patrocinada por la Arquidiócesis de México 1992.
5.- Quesson Noël.- 50 Salmos para todos los días, Tomo I, Editorial San Pablo. Sexta reimpresión, 2002.
Autor: Ing. Federico Juárez Andonaegui