Desde tiempo inmemorial, pese a lo que se dice, la religión y el Estado han permanecido separados. Recuérdese la frase de Jesús Cristo, que dijo: al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. En nuestra cultura, desde los Aztecas, primer Imperio Mexicano, también estuvieron separados.
Ambos, son como el brazo derecho y el brazo izquierdo en un cuerpo, el uno apoya al otro y viceversa, no puede faltar uno de ellos, porque la carga total queda en uno solo. Físicamente lo vemos en un manco, en una persona que le falta uno de los dos brazos.
En lo material, lo vemos – actualmente - en los extremos, en un fanático religioso o en un fanático antirreligioso.
Separada la Iglesia del Estado, como gobiernos, no se separe la Iglesia de su Fe ni el pueblo ni los gobernantes pueden separarse de su Fe. En caso de hacerlo, crece la desesperanza, por estar debilitados espiritualmente.
Usted amigo lector, se preguntará ¿que tiene que ver lo anterior con nuestra vida diaria y con la actual situación que vivimos en el País?
Se lo voy a contestar, pese a que lo vemos diariamente.
Es peligrosa la cautividad - que por parte de los gringos - tenemos, en forma abierta, desde la primera intervención extranjera (invasión norteamericana), ya que desde esa época operan para que México sea un pueblo espiritualmente debilitado y sin que una fuerte personalidad sea capaz de detener la influencia maléfica, de los hábitos y prácticas anglosajonas.
Ha pasado desapercibido que el gobierno enanounidense, es el que más dinero da anualmente al Vaticano. Así ha sido, hasta la fecha, se deja al lector la interpretación ¿a cambio de que?, sépase que toda América desde el Río Bravo hasta la Patagonia, es el patio trasero de los WASP (anglosajones blancos protestantes). Nadie “puede”, ni tiene derecho a ayudar a algún país hispanoaméricano, porque automáticamente se está entrometiendo en asuntos de los yanquis y "amenaza el modo de vida gringo".
Han obligado a que en México, se establezca una cultura del delito único que no tendrá jamás indulto, ni amnistía, es el delito de decir la verdad.
Por lo mismo juegan con nosotros, por un lado exigen que vigilemos la frontera norte, que se combata el narcotráfico, que les paguemos agua, etc. Y por otro lado, ellos arman a los narcotraficantes, ellos consumen la droga, ellos controlan en E. U. A., sus tráficos y nunca atrapan a un capo, nos pagan con agua contaminada por el Pacifico, establecen 12,000 (doce mil) tiendas de venta de armas a lo largo de su frontera sur (Domingo 20 de Mayo de 2007 paginas 1 y 6 del Sol de Tampico) y dicen que eso es libertad.
Todo apunta a que están haciendo lo mismo que hicieron en el lapso de 1907 a 1910.
En la actualidad, todas las religiones en México, así como las sesiones, están reducidas a meras prácticas exteriores. Nuestro País es poco instruido en el fondo de lo que profesan.
Todo se reduce en gran parte, a la pompa del culto. Las fiestas religiosas, TODAS, deben ser completamente espirituales; pero ahora son convertidas en vanidad. Con tristeza vemos que en nuestro País, casi todo es exterioridad y viven poseídos de los vicios. Los guías morales de todas las sociedades, secretas y no secretas, no escapan también a lo anterior, les parece que trayendo a la vista lo que los identifica creen que ya lo tienen y poseen todo. Todos nuestros guías espirituales y nuestros guías morales no tiene ni pizca de espiritualidad, pues de otra forma nuestra Patria, ya hubiera mejorado.
Lo anterior ha dado por resultado, muchas tristezas a nuestro Tamaulipas, por ejemplo: nuestros presidentes municipales, sobre todo en el oeste de nuestro Estado no hacen obras públicas, declaran que nada pueden hacer porque “les recortaron el presupuesto” y hasta anuncian que están quebrados (publicado en periódicos locales), pero en su persona y en la de sus familiares, resulta que.............adivinó usted.
Ya no hay espiritualidad en la enseñanza, así lo vive el pueblo, lo enseñan a no entender, a no tener Fe, ni ilusión. Todo esto lo han logrado con nuestro actual sistema impuesto desde gringolandia.
Nuestro pueblo crece en la desesperanza, nuestros gobernantes crecen bajo estas “normas”, estamos debilitados espiritualmente y de ello son culpables los guías espirituales, los guías morales y los guías materiales. Solo el Gran Arquitecto, Buda, Causa de las Causas, Jehova, Brahma, Alá, Dios, Yavé, (como usted quiera llamarlo) podrá salvarnos. Hay que pedir su auxilio; de usted depende.
Meshijó Tenochtitlán Anahuac, cuando vayas a la guerra contra tus enemigos y veas caballos, carros y un ejército más numeroso que el tuyo, no les tengas miedo, porque Dios está contigo.
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