domingo, 15 de julio de 2012

Actualidad, Análisis oracional de Job 21, 7


A manera de introducción.
En todos los tiempos el hombre se ha preguntado ¿porqué tantos sufrimientos en la vida de la gente buena?; en antaño como ahora surge la misma pregunta, muchos son actualmente los que se identifican con Job y por lo mismo su clamor es igual al de él.

Job se atreve a interpelar a Dios en una interrogación que llena los cuarenta y dos capítulos del libro; pregunta en forma angustiosa y aguda, sin miedo, con sinceridad total, va al fondo del problema.
Hace un diálogo sobre el sufrimiento y también se conforma aceptando sin discusión la voluntad de Dios.
Antecedente.

Job cree en Dios, sabe además, que es justo y bueno, pero lo hace sufrir injustamente, reconoce que es poderoso, pero El calla cuando lo llama. Al verse solo y despojado de todo, comprende que solo Dios lo puede salvar pero.....Dios no responde.
Por lo mismo Job protesta porque sufre, sus amigos se escandalizan, lo calman con palabras llenas de piedad, pero él rechaza esa solución. Por su dolor, por estar herido, solo, enfermo y destinado a la muerte, exige respuesta de Dios.
Esta actitud atrevida de Job es propia de un ser de Fe, en busca de la verdad.

Marco histórico.

Job vive en el extranjero en tierra pagana, se le sitúa en Us, al parecer al sur de Palestina (1). Era jefe de un grupo nómada, él era algo parecido a Abraham, a quien nada le falta. Sin embargo es un peón en la política celestial.

En éste caso, Yavé es desafiado por Satán, (el Adversario) el espíritu que promueve el mal, y a pesar suyo tiene que probar a Job para defender su honor.

Así pues, de inicio, pone al hombre en su lugar verdadero. No es el centro del mundo ni puede exigirle a Dios que detenga por él la marcha de los acontecimientos.

Acerca del libro de Job.

Es de autor desconocido y el punto de partida es una narración popular que encontramos en los capítulos 1,1-2,13 y 42,10-17. Es la historia de un santo al que Dios lo puso a prueba, quitándole todo, y a pesar de eso, Job se mantuvo firme, confiado en Dios, quien siempre premia al justo y al final le devuelve todo.
Encontramos diálogos en los capítulos 3 al 41 en donde Job grita su dolor frente al sufrimiento no merecido; sus tres amigos tratan de consolarlo dándole respuestas de los sabios de aquél entonces.
Dios elogia a Job, por ser lo suficientemente valiente y creyente para dirigirse personalmente a El.

Job 21, 7
¿Porqué siguen viviendo los malvados, prolongan sus días y se van haciendo fuertes?

Aquí vemos un lamento, una queja acerca de quien(es) atropella(ron) a los demás y tiene(n) éxito, mueren ricos, son venerados y recordados, y es que el espíritu del mal, nos hace ser interesados y por lo mismo esperamos premio, compensación a cada acción que hacemos, sin pensar en dar amor totalmente desinteresado, sin detenernos a pensar que Dios sabe despertar ese amor totalmente desinteresado.

En éste versículo reconocemos la queja de Jeremías 12,1 y los planteamientos del Salmo 73. En el A. T., los justos se escandalizaban de la prosperidad de los malos porque les parecía una negación de la justicia de Dios. ¿será verdad, como escuchamos a veces, que la muerte es la última justicia? (2), se decían.

Causa, motivo histórico del rezo.

El libro de Job es mucho más que una historia, nos narra sus desventuras. Después de estar en la abundancia se ve reducido a la más extrema miseria.
Esta situación es un pretexto para llevarnos a reflexionar sobre lo insatisfactoria que es la vida del hombre en la tierra. El sufrimiento y la muerte no serían tan escandalosos si no hubiera el escándalo de la ausencia de Dios. El huye de nuestra mirada y también se niega a hacer la justicia en nuestro mundo.
Género, tiempo y cambios.

Job es presentado como un hombre del país de Us, que no pertenece al pueblo de Dios. No conoce a Moisés ni a los Profetas, así que, su modo de hablar, de expresarse, puede ser considerado a nombre de la humanidad entera, no solo de los creyentes.

En la actualidad, al igual que Job, solo se necesita contemplar la creación para creer en Dios y su providencia, aunque no se le haya visto ni tampoco nos haya hablado.
Por más que el hombre se reconozca a sí mismo como la obra de Dios, sus percances le dan para pensar, se da cuenta de que solamente una explicación de su Creador le permitiría ubicarse en el lugar que le corresponde y, por mas que busque este diálogo, no lo encuentra.

Las denuncias de Job son una manera de clamar a Dios con toda la fuerza de una esperanza no satisfecha y, al final, Dios tendrá que manifestarse.

Uso, empleo – actual – de Job.21, 7
Aunque no conozcamos la razón de nuestras desdichas, debemos comprender que nuestros intereses personales no se identifican necesariamente con los de Dios. Al igual que Job, tomemos la actitud de que al fin Dios nos salvará; en efecto frente al espíritu del mal, que siempre accesa a los creyentes de ser interesado y de esperar en forma inmediata premios, Job nos enseña que Dios sabe despertar en sus fieles un amor totalmente desinteresado.

Este libro es el ideal, es el adecuado, para rezarlo en tiempos de desgracia, en tiempos en que nos sentimos solos y abandonados. En lo personal en tiempos difíciles he orado con el libro en sus diferentes capítulos y a pesar de las grandes dificultades, pesares y tristezas, logré salir con bien, de esas difíciles situaciones, hasta la fecha.

A manera de conclusión.

Diremos que éste libro lleva más o menos la marca de su tiempo en que de acuerdo a su fidelidad, Job fue puesto a prueba y salió avante, pues el espíritu del mal, al ver que no logra su objetivo, abandona su proyecto y le da la razón a Dios, quien finalmente premia a su fiel y leal servidor.

Así en nuestros tiempos las pruebas a que somos sujetos son para probar nuestra Fe y fidelidad, son como un crisol para purificarnos y con oración constante, fe y fidelidad, saldremos adelante.

Únicamente quiero agregar dos cosas:
1.- A quien se confía en el libro de Job al igual que a la Biblia, como libro de oración, Dios lo escucha y lo atiende. Y

2.- El hombre necio no comprende y el insensato no entiende esto: que brotan los malvados como la hierba, y los impíos florecen efímeramente, pero para ser destruidos para siempre

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